El estado actual de los y las trabajadoras del casas particulares (servicio doméstico) es materia de concurrente consulta en nuestro estudio. Las consultas van desde despidos verbales, falta de pago de salario en periodos de cuarentena, acoso laboral, entre otros. Por este motivo, nos propusimos a elaborar el presente artículo que detalla algunas cuestiones que esta particular actividad contempla.

Falta de pago de salario.

Durante el tiempo que dure la pandemia, es obligación de los patrones el pago del salario, en las mismas condiciones en que se venía realizando con anterioridad al inicio de las medidas dispuestas por el Estado en materia de ASPO (aislamiento social preventivo y obligatorio).

Si bien, en menor proporción las patronales vienen cumpliendo el pago íntegro, es necesario que el sector trabajador comprenda que la patronal está obligada al pago del salario tal y como lo venía haciendo con anterioridad a la cuarentena.

En este sentido, se detallan las escalas salariales (con retiro y sin retiro desde mayo 2020) que el trabajador tiene que conocer:

• Los valores de las remuneraciones mensuales reguladas corresponden a una jornada de trabajo de 48 horas semanales.
• Si trabajás menos de 24 horas semanales, debés tener en cuenta el valor hora de la categoría que te corresponde y multiplicarlo por la cantidad de horas que trabajás.
• Si trabajás más de 24 y menos de 48 horas semanales, tenés que hacer una regla de tres con el valor mensual de la escala.

Despidos verbales.

Sobre los despidos verbales, es importante considerar que no existen en nuestro sistema, por lo que para que se genere un despido es necesario que el empleador remita una comunicación escrita (carta documento o acta notarial) que indique la finalización del vínculo laboral y los motivos.

En el caso de que la patronal haya informado el despido de manera verbal, y que no haya realizado la comunicación por escrito, es muy importante que el trabajador emplace ACLARACIÓN DE LA SITUACIÓN LABORAL. Esto se hace a través del envío de un telegrama (es recomendable que tal comunicación sea redactada por un especialista), el mismo da comienzo al llamado «intercambio epistolar», en donde el trabajador reclama un cúmulo de derechos incumplidos por la patronal.

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